Imagina que estás a punto de recibir un brief para desarrollar una campaña publicitaria, entusiasmados, te acompañan los más sobresalientes excompañeros de trabajo, tu dream team para este nuevo reto, de repente, entra en la sala la persona encargada de darles la información y dice:
“Gracias por venir, lo que necesitamos es que desarrollen una campaña para un producto de consumo masivo, que no pertenece a la canasta básica de alimentos, de hecho nadie lo necesita, y es que, no contiene nutrientes, por el contrario, está hecho con de ingredientes artificiales, su consumo puede promover la diabetes por su alta concentración de glucosa, a aquellos que padecen de presión arterial alta, no les va nada bien cuando lo consumen, aunque es una bebida, algunos han tenido buenos resultados lavando el escusado con él.
A favor del producto debo decir que es delicioso, solo si se consume frío claro, la verdad a temperatura normal o caliente es muy desagradable, sin contar que provoca eructos. Además, su nombre tiene algo que ver con una droga ilícita.
Bueno, ahora que ya les he dado las características, el objetivo de la campaña es posicionarlo como el número uno en ventas de su categoría, quiero que la gente simplemente lo ame, no podemos apuntar a menos”.
Ya sabrás de qué producto estamos hablando, en este punto debo ser enfático en que no tengo la mínima intención de hablar mal de él, por el contrario, quiero resaltar el poder del buen Marketing y publicidad, definitivamente todo se facilita si un producto tiene beneficios competitivos, pero si no los tiene, no es impedimento alguno para ser el líder en ventas de su categoría.
Lo importante ante todo, es crear una relación emocional entre tu producto y su consumidor, una vez creado el vínculo, este último estará dispuesto a perdonarle todo y, las características racionales, sean buenas o malas, no tendrán importancia para un “Fan”. Este se convencerá de que el producto le conviene e incluso de ser necesario, inventará beneficios que el producto no tiene, con tal de tener argumentos para consumirlo.

El anterior es un simple ejercicio de imaginación para dejar claro que la emoción está por encima de todo, por su puesto, cometerías un error, si comparas tu producto, marca o servicio con alguno parecido al del ejemplo, toma en cuenta que, algunos de ellos, tienen más de cien años en el mercado y su trayectoria no siempre fue un camino adornado con flores.
Sin embargo, este argumento demuestra que los vínculos emocionales pueden llegar a ser tan fuertes, que prácticamente son indestructibles, sin importar el tiempo que te lleve, haz Marketing y Publicidad orientados a crear conexiones emocionales, pregúntate qué hace tu producto por el consumidor, y qué sentimientos y emociones despiertan en ellos. Si conoces en profundidad esa relación, tendrás más oportunidades de conectar y crear comunidades realmente fieles y para siempre.
Mis recomendaciones:
- No subestimes el poder de la comunicación emocional, en el vínculo entre personas y productos, como las relaciones entre las personas mismas, puede hacer que literalmente se “casen” con tu producto o marca.
- Si tu producto solo habla de atributos racionales (sabor, ingredientes, materiales, manufactura, diseño, calidad, garantía, origen, precio etc.), debo advertirte que está en peligro, quizá no ahora, pero tarde o temprano aparecerá un competidor con las mismas o hasta mejores características superándolo.
- La base para empezar una comunicación emocional, es el conocimiento profundo de su consumidor, concéntrate en lo que tu producto hace sentir al consumidor, cómo va a impactar su vida y qué problema le soluciona.
- Está comprobado que el 90% de las decisiones que toma un ser humano son emocionales, y que se producen antes de que la misma persona pueda darse cuenta.
- Los insights son una poderosa herramienta para conectar, al cerebro humano le encanta reconocerse y descubrir esos comportamientos cotidianos colectivos.
- Al cerebro también le gusta la nueva información, lo diferente y los formatos disruptivos.